julio 29, 2017

Gigantes tecnológicos, unos pocos se llevan el pastel

Nuestra economía está cada vez más controlada por un puñado de empresas con gran poder. Las hay de toda clase, desde las gigantes bien establecidas como Amazon, Facebook, Google, Apple y Walmart, hasta nuevas compaññías de rápido crecimiento como Airbnb, Tesla y Uber. Siempre han existido empresas grandes y monopolios en toda regla, pero esta nueva generación de lo que algunos economistas denominan como empresas superestrellas tiene algo que la diferencia del resto. Todas están presentes en varios sectores distintos y han sabido anticiparse y aprovecharse de las nuevas tecnologías digitales, desarrolladas por las pequeñas empresas, y del trabajo humano que subyace debajo de esa pirámide de poder.

Estas características fomentan un escenario en el que unos pocos se lo llevan todo.

Las 50 Empresas más «Inteligentes» de 2017 incluye a muchas de ellas, pero no se limita a incluir a las más grandes y rentables. La lista es un escaparate para empresas tecnológicamente innovadoras cuyos modelos de negocio les permiten explotar estos avances. Representa nuestra mejor predicción de qué empresas dominarán futuro. Amazon y Facebook y Google figuran en ella, pero también hay muchos recién llegados. Aunque todavía no les conozca,  tienen una posición aventajada para aprovecharse de tecnologías que definirán los negocios durante los próximos años, como la inteligencia artificial.

Innovar de forma inteligente no les garantiza convertirse en superestrellas, pero sí les confiere el potencial para crear y dominar nuevos mercados en un entorno cada vez más competitivo.

El auge de empresas superestrellas ha ayudado a definir el tiempo que vivimos. Los gigantes digitales han sabido aprovechar las ventajas de internet, los llamados efectos de red, y el big data para volverse enormemente rentables y proporcionar servicios que se han vuelto imprescindibles, como búsquedas web gratuitas y las cómodas compras en línea; así como dispositivos que han cambiado nuestras vidas, como el smartphone.

Pero las empresas de internet no son las únicas que se han convertido en superestrellas. Según una investigación reciente de unos economistas de la Universidad de Harvard y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (ambos en EEUU), la cuota de ventas de empresas superestrellas (definidas como las cuatro empresas más grandes de una industria determinada) ha aumentado marcadamente en todos los sectores estudiados, desde el transporte hasta los servicios y las finanzas. La tendencia hacia empresas superestrellas está acelerándose, según el economista de la Universidad de Harvard y coautor del estudio Lawrence Katz. Este fenómeno se ha vuelto uniforme en todas las industrias y economías desarrolladas durante la última década, más o menos. El dominio de estas empresas es especialmente fuerte en mercados sujetos a rápidos cambios tecnológicos. Katz señala que probablemente la diferente capacidad de las empresas para aprovecharse de los nuevos avances.

En otras palabras, hay que ser la empresa más «inteligente» del campo o mejor ni molestarse.

Los autores han detectado un resultado profundamente inquietante de una economía dominada por sólo unas pocas empresas claves. Una de las verdades de la economía de Estados Unidos durante gran parte del siglo XX fue que la porción de los ingresos totales del país destinada a la fuerza laboral era constante. A medida que la economía crecía, los trabajadores recibían una cuota proporcional de ese creciente pastel. Pero la media de ingresos de los trabajadores ha dejado de seguir esa tendencia, y la proporción que reciben es cada vez menor. Esto está sucediendo en muchos países y se aceleró durante la década de 2000.

¿A donde nos llevará todo esto? Estemos atentos