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Startup uses blockchain, to ensure minerals come from ethical sources

Esta noticia de usar la tecnología blockchain para verificar las fuentes de los minerales adquiridos por grandes compañías parece más una intención de aplicar lo que se llama RSC (Responsabilidad Social Corporativa) o ¿lavado de imagen?. Veremos dónde nos lleva todo esto.

Dawn Jutla says her company has the technology to help put an end to the shady practice of mining precious and industrial metals to finance war.

Ms. Jutla, the president and CEO of Halifax-based startup Peer Ledger, is staking its future on a blockchain technology called Mimosi that it says can track precious metals throughout the supply chain to ensure every milligram purchased by buyers has come from an ethical source and is not funding armed conflict in war-torn countries like the Democratic Republic of Congo.

«This is important because of the damage buyers are seeing being done at the source mines among the Indigenous people who live in the area,» says Ms. Jutla, a professor of technology, entrepreneurship and innovation at St. Mary’s University in Halifax. «When I say damage I am talking about children being raped and used for labour in mines. End users of these metals are trying to use their purchasing power to prevent that.»

 But tracking the origin of metals like gold and silver to ensure they don’t come from a mine run by armed groups can be difficult. For example, a bar of gold is usually produced from ore from several sources requiring end users to track those multiple sources. And while standards, programs and guidelines exist aimed at verifying the source of these metals, it can be time-consuming and costly to gather that documentation.

However, Ms. Jutla says there is mounting pressure from the international community to stop the unethical production of minerals, and she says Peer Ledger’s Mimosi product provides a solution to this problem. Mimosi uses a private permissioned blockchain, which chronologically and permanently logs information that’s copied across a computer network accessed by multiple collaborating parties. When a transaction is carried out, it’s grouped together in a cryptographically protected block. In the case of the Mimosi technology, every transaction involving a source of ore can be linked back to older blocks containing previous sales transactions for the ore. This allows Mimosi users to trace gold and other precious and industrial metals (mainly tin, tantalum and tungsten) from the refiner, to the processor, to the distributor.

 But can the startup be successful selling a technology that’s largely unknown and few people understand? Toronto’s William Mougayar, an entrepreneur, advisor and author of the book The Business Blockchain: Promise, Practice, and Application of the Next Internet Technology, says nothing is certain in the startup game. «Getting users and customers is the biggest challenge any startup has. Customers are typically reluctant to change habits if they are happy with their current solutions,» Mr. Mougayar says. «It’s too early to tell if Peer Ledger will be successful before seeing real signs of traction and customer engagements.»

Contratos «inteligentes» con blockchain, todavía vulnerables

Los programas informáticos que se ejecutan en cadenas de bloques están revolucionando el sistema financiero. Pero una gran parte del bombo de lo que ya se conoce como contratos inteligentes no es más que básicamente eso, bombo. Es un sector nuevo. Los tecnólogos están empezando a aprender a diseñarlos para garantizar que no perderán el dinero de las personas y, como lo ilustra una nueva encuesta sobre contratos inteligentes con Ethereum, los expertos en ciberseguridad no han hecho más que empezar a definir cuáles son las vulnerabilidades de un contrato inteligente.

Máquinas expendedoras digitales: el término «contrato inteligente» lo acuñó el pionero de las criptomonedas Nick Szabo que lo introdujo hace más de 20 años (puede que sea o no Satoshi Nakamoto). La idea básica, escribió Szabo, es que «muchos tipos de cláusulas contractuales (como garantías, enlaces, delimitación de los derechos de propiedad, etcétera) se pueden integrar en el hardware y software con el que trabajamos, de tal forma que incumplir el contrato se vuelve muy caro (o incluso prohibitivo) para el infractor». Szabo denominó a las máquinas expendedoras físicas como un «primitivo antecesor de los contratos inteligentes», ya que toman monedas y dispensan un producto y el cambio correcto en función del precio de compra.

Aparece el blockchain: hoy en día la idea más común de un contrato inteligente consiste en un programa de ordenador almacenado en una cadena de bloques. Esta cadena es básicamente un libro de contabilidad compartido que usa la criptografía y una red de ordenadores para rastrear los activos y proteger el libro de posibles alteraciones. Para Bitcoin, esta tecnología permite que dos partes que no se conocen entre sí tengan una garantía férrea de que una transferencia de fondos acordada sucederá como se espera, es decir, nadie será engañado.

La cosa se pone interesante con la llegada de los contratos inteligentes. Con un contrato inteligente, dos personas podrían crear un sistema que retire fondos de la cuenta de una persona, por ejemplo de uno de los padres, y los deposite en la cuenta de su hijo si el saldo del hijo cae por debajo de cierto nivel.

Este es solo el ejemplo más simple; en teoría, los contratos inteligentes se pueden usar para programar todo tipo de acuerdos financieros, desde contratos de derivados y subastas hasta depósitos controlados por blockchain.

ICO en todas partes: una de las aplicaciones más populares de los contratos inteligentes ha sido la de crear nuevas criptomonedas. Algunas de ellas son pequeños indicios de un nuevo tipo de economía, una en la cual una moneda digital hecha a propósito se puede usar para un servicio «descentralizado», como el almacenamiento de datos y el comercio de divisas digital. La emoción de los inversores sobre tales aplicaciones ha ayudado a alimentar la locura de la oferta inicial de moneda (ICO por sus siglas en inglés), que en conjunto ya han recaudado más de 4.000 millones de euros. (Si se pregunta qué diablos es un ICO ← aquí hay un manual)

Paren el carro: los tecnólogos aún no tienen una idea completa de qué aspecto tiene un agujero de seguridad en un contrato inteligente, según el científico informático del University College de Londres (Reino Unido) Ilya Sergey quien es coautor de un estudio publicado la semana pasada sobre este tema.

Los usuarios lo descubrieron a las malas en 2016 cuando un pirata informático robó unos 40 millones de euros de la Organización Autónoma Descentralizada, que estaba basada en blockchain de Ethereum.

Y en noviembre, alrededor de 120 millones de euros quedaron secuestrados repentinamente para los usuarios del servicio de billetera de Parity, que también tiene sus raíces en Ethereum.

Sergey y sus compañeros utilizaron una nueva herramienta para analizar una muestra de alrededor un millón de contratos inteligentes de Ethereum. De todos ellos, 34.000 resultaron vulnerables, incluido el que condujo al incidente de Parity. Sergey dice que el trabajo del equipo es como interactuar con una máquina expendedora, como si pulsaran botones al azar y registraran las condiciones que hicieron que la máquina actuara de forma involuntaria. Sergey concluye: «Creo que todavía hay una gran cantidad de vulnerabilidades por descubrir y que deben ser detalladas formalmente».

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La revolución en la industria, fabricación en 3D de álabes de turbinas

La impresión en 3D está en pleno auge ya que permite la obtención de piezas personalizadas de cualquier geometría reduciendo, significativamente, tanto los tiempos de desarrollo como los costes de producción. Indudablemente, es una tecnología de fabricación por adición que está revolucionando muchos campos y sectores.

En el sector energético, Siemens ha logrado un gran avance con la impresión de álabes de turbinas de gas en 3D. Se trata de un éxito para el uso del llamado Additive Manufacturing en el campo de la generación de la energía.

En apenas 18 meses, los ingenieros de Siemens, junto con expertos de Material Solutions, han completado toda la cadena: desde el diseño de componentes y el desarrollo de materiales de fabricación aditiva hasta nuevos métodos de simulación de vida útil y controles de calidad.

Los álabes se instalaron en una turbina de gas industrial SGT-400 con una capacidad de 13 MW. Estas piezas están fabricadas a partir de un polvo de superaleación de níquel policristalino de alto rendimiento, lo que les permite soportar la alta presión, las elevadas temperaturas y los esfuerzos centrífugos inherentes a la operación a alta velocidad de la turbina.

A plena carga, cada una de estos álabes de la turbina:

  • Adquiere una velocidad de más de 1000 mph
  • Soporta un peso equivalente a 11 toneladas (algo parecido a un autobús de Londres completamente cargado)
  • Trabaja en un entorno con gas a 1.250°C y refrigerado, interiormente, por aire a más de 400°C (dos veces más caliente que un horno doméstico)

El diseño avanzado del álabe, probado en Lincoln, proporciona características de refrigeración interna mejoradas que pueden aumentar la eficiencia total de las turbinas de gas.

La aplicación de impresión 3D del año

Las técnicas de fabricación aditiva tienen el potencial de convertirse en una pieza clave para la fabricación de piezas de turbinas de gas. Siemens ha estado invirtiendo en esta innovadora tecnología desde sus inicios y, ahora, está impulsando la industrialización y comercialización de estos procesos.

Recientemente, la compañía ha sido galardonada con el Premio Internacional de Industria de Impresión 3D en la categoría “La aplicación de impresión 3D del año” por la primera prueba exitosa de fabricación aditiva (AM) de álabes de turbina de gas en el mundo.

Además de los álabes de turbina que han sido premiados, Siemens está utilizando esta tecnología innovadora para producir:

  • puntas del quemador
  • boquillas del quemador
  • y también para reparar el cabezal del quemador

El equipo de expertos cuyos centros de innovación están situados en Suecia, Alemania y Reino Unido está transformando las nuevas posibilidades de diseño en soluciones específicas para los clientes.

Fuente

 

Tendencias tecnológicas 2018

  El progreso tecnológico va a un ritmo endiablado. En la cabeza suelen distanciarse las grandes firmas del sector. En el pelotón de caza se disputan una escapada, pero de un año a otro son pocas las novedades que se detectan. El tsunami digital que amenaza con asolar a las empresas que pasen de subirse a la ola de la transformación lo tendrán muy crudo para sobrevivir.

Así que en plena marejada se pueden pescar algunas tendencias que bien vale la pena seguir. Las que más cobran impacto desde hace un tiempo y que cobrarán mayor relevancia a partir del año que viene se centran, en su base, en apretar el gatillo de los modelos de Inteligencia Artificial, el apoyo sin pretensiones de la robótica, el comienzo de la explosión de la era bautizada como «Internet de las Cosas» o el pedaleo constante de servicios «blockchain».

Un informe de la consultora Gartner destaca las principales tendencias tecnológicas estratégicas que tendrán mayor impacto y afectarán en la mayoría de las empresas en 2018. Algunas de estas, con un gran potencial disruptivo, ya están empezando a salir a flote en mayor o menor medida, pero las previsiones apuntan a que en los próximos meses se acelerará su interés. Se espera que crezcan rápidamente y se conviertan en el punto de inflexión que consolide su adopción de aquí a cinco años. «Los responsables de tecnología deben tener en cuenta estas tendencias en sus estrategias de innovación o corren el riesgo de perder terreno sobre aquellos que sí lo hacen», apunta en un comunicado David Cearley, vicepresidente de Gartner.

Inteligencia artificial para tomar decisiones

Que la inteligencia artificial juega un papel importante en la industria ya lo sabíamos. Que los modelos de «aprendizaje automático» o «machine learning» han evolucionado rápidamente, también. Como también sabemos que aún le queda mucho camino por recorrer. De ahí que las empresas deberán basar parte de su negocio en esta tecnología. Deberán explotarla para lograr obtener resultados empresariales óptimos.

La creación de sistemas que aprendan, se adapten y potencialmente actúen de manera autónoma será un gran campo de batalla para los fabricantes de tecnología al menos en 2020,. La capacidad de usarla para mejorar la toma de decisiones, reinventar modelos de negocio y ecosistemas, será el pan de cada día hasta 2025, cuando se consolide. «Las técnicas de Inteligencia Artificial están evolucionando rápidamente y las organizaciones tendrán que invertir significativamente en mejorar sus habilidades, sus procesos industriales y lograr herramientas de cara a explotar con éxito esta tecnología», estima Cearley.

Aplicaciones y análisis inteligentes

En los próximos años, destaca el estudio, prácticamente todas las aplicaciones, aplicaciones y servicios incorporarán algún nivel de Inteligencia Artificial. Algunas de estas herramientas empresariales serán, por ejemplo, aplicaciones inteligentes que no podrían existir un sistema de aprendizaje automático. Este tipo de servicios crearán una nueva capa intermedia entre personas y sistemas gracias a su potencial de transformar la naturaleza del trabajo tradicional.

«Explorar aplicaciones inteligentes como una forma de aumentar la actividad humana y no simplemente como una camino para reemplazar a los empleados», destaca el analista. En su opinión, el poder de una analítica inteligente será, además, un área de gran crecimiento y que permitirá automatizar algunos procesos como la recopilación de datos o el intercambio de ideas. El reto será, por tanto, utilizar la Inteligencia Artificial para agregar «valor empresarial».

«Internet de las Cosas» como vehículo del cambio

La era de la hiperconectividad no ha hecho más que empezar. Con el impulso que tomarán las redes 5G, que se encuentran ahora en una fase de desarrollo, se alcanzará esa llamada era del «Internet de las Cosas». El planteamiento es simple; conectar objetos electrónicos para que «hablen» entre sí. Los expertos vaticinan un gran despliegue de modelos empresariales basados en estos objetos inteligentes. Gracias a ellos se podrá, entre otras cosas, interactuar de manera más natural con el entorno, cambiará la relación entre ser humano-máquina y aparecerán negocios basados en otras tecnologías como el uso de drones o el coche autónomo.

Todo ello se traducirá, a juicio de los analistas, en una eficiencia energética y un negocio más sostenible. Servicios de transporte y desplazamientos serán los principales beneficiados. «En la actualidad, el uso de vehículos autónomos en entornos controlados es un área de rápido crecimiento.Es probable que veamos ejemplos de coches autopilotados en algunos tramos de carreteras en 2022, pero su uso general todavía requerirá a una persona en el asiento del conductor en caso de que la tecnología falle de manera inesperada», sostiene Cearley.

La aparición de un gemelo digital

Esta idea se refiere a la representación digital de una entidad o sistema del mundo real. consiste en un modelo virtual idéntico al producto o espacio que deseamos. De esta forma, estos «gemelos digitales», en el contexto de los proyectos inteligentes, serán muy necesarios en los próximos tres años. Bien definidos, tendrán potencial para lograr una mejor y más eficiente toma de decisiones dentro de la empresa. Es crear productos desde el mundo virtual.

«Con el tiempo, las representaciones digitales de nuestro mundo estarán conectadas con una figura existente en el mundo real que ofrecerán capacidades basadas en IA para permitir la simulación y el análisis de los comportamientos humanos», añade. Empresas de comercio electrónico, servicios de salud o departamentos de estrategia digital podrán beneficiarse de este cambio a largo plazo hacia el mundo gemelo digital integrado.

Una «nube» transversal

Lo llaman «edge computing» y describe un modelo basado en el procesamiento de información y recopilación de contenido para acercarse en mayor medida con las fuentes de esta información. Una mayor conectividad y la reducción de la latencia favorecerá así a la aparición de modelos distribuidos. Las empresas deberán comenzar a utilizar patrones de diseño en el extremo de sus infraestructuras informáticas. Gracias a eso, se podrán explotar un modelo productivo no centralizado. «La tecnología basada en la nube puede ser utilizada para crear un modelo productivo orientado a la prestación de servicios», manifiesta.

Servicios conversacionales

Las plataformas de conversación impulsarán el siguiente gran cambio de paradigma en cómo los seres humanos interactúan con el mundo digital. La plataforma toma una pregunta o un comando del usuario y luego responde ejecutando alguna función, presentando algún contenido o pidiendo información adicional. En los próximos años, las interfaces de conversación se convertirán en un objetivo primordial de diseño para la interacción del usuario y se entregarán en hardware dedicado, características principales del sistema operativo, plataformas y aplicaciones.

«Las plataformas de conversación han alcanzado un punto de inflexión en cuanto a la comprensión del lenguaje y la intención básica del usuario, pero todavía queda trabajo», sugiere Cearley. «El desafío que enfrentan las plataformas de conversación es que los usuarios deben comunicarse de una manera muy estructurada y esto es a menudo una experiencia frustrante».

Una mayor experiencia inmersiva

El mercado de la realidad virtual (VR) y la realidad aumentada (AR) es, actualmente, un adolescente. Y, para colmo, está muy fragmentado, lo que provoca que en muchas aplicaciones los servicios novedosos ofrezcan poco valor de negocio real fuera del entretenimiento, como videojuegos y videos esféricos de 360. Para impulsar un verdadero beneficio comercial, las empresas deberán examinar escenarios específicos de la vida real en los que se pueden aplicar y hacer que los empleados sean más productivos. Entre otras cosas, podrán mejorar los procesos de diseño y visualización.

«Blockchain» integrado en el negocio

La tecnología denominada «blockchain» o «cadena de bloques», utilizada para la creación de monedas virtuales como el Bitcoin, tiene más aplicaciones. Está evolucionando desde ser una infraestructura para criptomonedas a una plataforma para la transformación digital. Los expertos creen que puede ofrecer una salida radical de los actuales mecanismos centralizados de transacción y mantenimiento de registros, y con ello servir como base de negocios digitales.

Fuente ABC

Amazon supera a Google como motor de búsqueda de compras

Ahora Google puede afirmar que ya no tiene la exclusiva en materia de buscadores y que su monopolio no es tal. Los resultados de una encuesta elaborada por Bloomreach entre consumidores de Estados Unidos, indican que el 55 % de los consumidores prefieren realizar en Amazon las búsquedas de los productos que quieren adquirir, en lugar de hacerlo por Google o ir al comercio. El motivo es que en la descripción del producto que hace Amazon pueden ver las características de los artículos que se quieren comprar.

Asimismo, 9 de cada 10 consumidores consultan Amazon aunque el producto lo vayan a comprar a otro proveedor de ecommerce.

Lógicamente, el 58 % reconoce que han cambiado la tienda online de su comercio por Amazon debido a la pobre experiencia en la navegación que han tenido. Una derivada de esto es que el 40 % de los responsables de marketing y de ventas de estos comercios temen perder sus puestos de trabajo debido a la gran aceptación de la empresa fundada por Jeff Bezos.

La anunciada alianza entre Google y la cadena de supermercados Wallmart es un hecho y quiere hacer frente al gigante Amazon entre otras. El uso de la inteligencia artificial por parte de Google puede voltear la dirección de la cadena de supermercados y modificar su modelo de negocio.

Fuente de la gráfica: Statista

 

Gigantes tecnológicos, unos pocos se llevan el pastel

Nuestra economía está cada vez más controlada por un puñado de empresas con gran poder. Las hay de toda clase, desde las gigantes bien establecidas como Amazon, Facebook, Google, Apple y Walmart, hasta nuevas compaññías de rápido crecimiento como Airbnb, Tesla y Uber. Siempre han existido empresas grandes y monopolios en toda regla, pero esta nueva generación de lo que algunos economistas denominan como empresas superestrellas tiene algo que la diferencia del resto. Todas están presentes en varios sectores distintos y han sabido anticiparse y aprovecharse de las nuevas tecnologías digitales, desarrolladas por las pequeñas empresas, y del trabajo humano que subyace debajo de esa pirámide de poder.

Estas características fomentan un escenario en el que unos pocos se lo llevan todo.

Las 50 Empresas más «Inteligentes» de 2017 incluye a muchas de ellas, pero no se limita a incluir a las más grandes y rentables. La lista es un escaparate para empresas tecnológicamente innovadoras cuyos modelos de negocio les permiten explotar estos avances. Representa nuestra mejor predicción de qué empresas dominarán futuro. Amazon y Facebook y Google figuran en ella, pero también hay muchos recién llegados. Aunque todavía no les conozca,  tienen una posición aventajada para aprovecharse de tecnologías que definirán los negocios durante los próximos años, como la inteligencia artificial.

Innovar de forma inteligente no les garantiza convertirse en superestrellas, pero sí les confiere el potencial para crear y dominar nuevos mercados en un entorno cada vez más competitivo.

El auge de empresas superestrellas ha ayudado a definir el tiempo que vivimos. Los gigantes digitales han sabido aprovechar las ventajas de internet, los llamados efectos de red, y el big data para volverse enormemente rentables y proporcionar servicios que se han vuelto imprescindibles, como búsquedas web gratuitas y las cómodas compras en línea; así como dispositivos que han cambiado nuestras vidas, como el smartphone.

Pero las empresas de internet no son las únicas que se han convertido en superestrellas. Según una investigación reciente de unos economistas de la Universidad de Harvard y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (ambos en EEUU), la cuota de ventas de empresas superestrellas (definidas como las cuatro empresas más grandes de una industria determinada) ha aumentado marcadamente en todos los sectores estudiados, desde el transporte hasta los servicios y las finanzas. La tendencia hacia empresas superestrellas está acelerándose, según el economista de la Universidad de Harvard y coautor del estudio Lawrence Katz. Este fenómeno se ha vuelto uniforme en todas las industrias y economías desarrolladas durante la última década, más o menos. El dominio de estas empresas es especialmente fuerte en mercados sujetos a rápidos cambios tecnológicos. Katz señala que probablemente la diferente capacidad de las empresas para aprovecharse de los nuevos avances.

En otras palabras, hay que ser la empresa más «inteligente» del campo o mejor ni molestarse.

Los autores han detectado un resultado profundamente inquietante de una economía dominada por sólo unas pocas empresas claves. Una de las verdades de la economía de Estados Unidos durante gran parte del siglo XX fue que la porción de los ingresos totales del país destinada a la fuerza laboral era constante. A medida que la economía crecía, los trabajadores recibían una cuota proporcional de ese creciente pastel. Pero la media de ingresos de los trabajadores ha dejado de seguir esa tendencia, y la proporción que reciben es cada vez menor. Esto está sucediendo en muchos países y se aceleró durante la década de 2000.

¿A donde nos llevará todo esto? Estemos atentos

La humanidad está perdida si la inteligencia artificial se basa en criterios comerciales

Son las grandes empresas las que están desarrollando estos sistemas y lo hacen de acuerdo a sus propios objetivos: vender y generar beneficios a través de manipular a las personas. Debemos crear una IA que mejore la naturaleza humana y no al revés

Entre 2007 y 2014, fui la CEO de Cognea, una empresa que ofrecía una plataforma para desarrollar complejos agentes virtuales de forma rápida mediante una combinación de aprendizaje estructurado y profundo. El sistema ha sido empleado por decenas de miles de desarrolladores, y también media docena de empresas de la lista Fortune 100. Finalmente fue adquirido por IBM Watson en 2014.

Cuando analicé las interacciones que la gente mantiene con las decenas de miles de agentes desarrollados en nuestra plataforma, me quedó claro que los humanos están muy dispuestos a entablar una relación con software de inteligencia artificial, mucho más de lo que cree la gente.

Yo siempre había pensado que la gente querría mantener algo de distancia con la inteligencia artificial, pero lo que me encontré fue justo lo contrario. Las personas están dispuestas a formar relaciones con inteligencias artificiales, siempre que tengan un diseño sofisticado y estén muy personalizadas. Parece que los humanos queremos convencernos de que la IA realmente se preocupa por nosotros.

Quien consigue que un usuario pida un a pizza a domicilio en lugar de dar una orden a su mayordomo virtual para que compre verduras para hacer un plato más barato y sano, gana. Y quien consiga que los usuarios se acostumbren y dependan de pasar 30 horas a la semana con su amigo virtual «perfecto» que tolera cualquier abuso, también ganará.

Esto me resultó desconcertante hasta que me di cuenta de que conectamos con muchas personas de una manera superficial en nuestro día a día mientras atravesamos una especie de fango emocional. ¿Acaso los amigos devuelven las llamadas cuando se les ignora durante un tiempo? ¿Las personas a las que contratamos aparecen en nuestra puerta si no les pagamos? No, pero una personalidad artificial siempre está a nuestra disposición. En algunos sentidos, es una relación más auténtica.

Y observé que el fenómeno se repetía independientemente de si el programa estaba diseñado para actuar como un banquero, compañero o un entrenador personal. Los usuarios hablaban con los asistentes automatizados durante más tiempo del que dedicaban a sus homólogos humanos. La gente compartía voluntariamente secretos muy personales con las personalidades artificiales, como sus sueños de futuro, detalles sobre sus vidas amorosas o incluso contraseñas.

por Liesl Yearsley | traducido por Teresa Woods

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Economía e Inteligencia Artificial

El avance de la inteligencia artificial en la empresa acelera el debate sobre cómo integrar la nueva tecnología para ganar productividad y, al mismo tiempo, generar nuevos empleos

Las ventas de las grupos que desarrollan sistemas cognitivos crecen a un ritmo anual del 55% Esta tecnología es mucho más que robots; abarca desde el coche autónomo hasta la medicina

No es ciencia-ficción; sus efectos ya están aquí. Aún resuenan las palabras del científico y programador Andrew Ng en las aulas de la escuela de negocios de Stanford: “Es la mayor revolución desde la introducción de la electricidad hace 100 años. No veo ningún sector que no vaya a transformar a medio plazo”. Se trata de la inteligencia artificial. Una tecnología que alumbra un floreciente negocio cuyos ingresos crecen a un ritmo anual del 55%.

El dinero llama al dinero y la financiación de proyectos en este campo se ha multiplicado por 8,5 veces desde 2012. Las máquinas que piensan como humanos contribuirán a mejorar la productividad impulsando con ello el crecimiento económico.

La cara b tiene su reflejo en la destrucción de cientos de miles de empleos. En un modelo económico transformado en un juego de suma cero, habrá países y empresas que ganen a costa del resto. De momento, una avanzadilla, liderada por EE UU y sus corporaciones, lleva ventaja en esta transformación.

Las 7 primeras profesiones que caerán en el olvido debido a la IA

Muchas personas comparten cierto entusiasmo sobre las comodidades que los algoritmos inteligentes y los robots van a traer a nuestra vida cotidiana y permanecen optimistas sobre sus puestos de trabajo. Mientras tanto los empleos de los que se empezará a expulsar a las personas en primer lugar no se limitarán simplemente al trabajo para los que carecen de experiencia o la labor manual.

La automatización robótica será responsable para el 2020 de la pérdida de más de 5 millones de puestos de trabajo en 15 naciones desarrolladas, informa la revista ‘Forbes’ citando un informe del Foro Económico Mundial.

Otro estudio, elaborado por la corporación IDC, supone cambios dramáticos en la mano de obra y la cultura laboral debido a innovaciones robóticas, incluidas nuevas leyes, nuevos cargos y nuevos métodos de trabajar al lado de compañeros no solamente humanos.

Camioneros

Hay unos 3,5 millones de camioneros en Estados Unidos hoy en día, pero si se cumplen las predicciones de que dentro de menos de una década un tercio de todos los camiones circularán de manera autónoma, ya es tiempo que los conductores empiecen a entrenarse para nuevos empleos.

Otto Motors, una empresa con apoyo financiero de Uber fundada por exempleados de Google responsables de la inteligencia artificial, tiene como objetivo convertir a los conductores humanos en obsoletos.

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Obreros

El sistema SAM es dos a tres veces más productivo que los albañiles humanos. Coloca 1.200 ladrillos al día, en comparación con los 300-500 colocados por los humanos. Y esto es solo el comienzo de la automatización en la construcción.

Los operadores de grúas y los conductores de buldóceres deben prepararse para que las máquinas inteligentes les arrebaten los empleos en breve.

Conforme al informe de Deloitte Insight, el 39% de los empleos en el sector jurídico será automatizado para el 2020. Revisar la documentación y buscar información pertinente para los casos legales son tareas que van bien con las capacidades de la inteligencia artificial.

Por el momento la infiltración de la inteligencia artificial se limita a diligencias de auditoría, la búsqueda de datos electrónicos y evaluación de contratos, pero su aplicación va expandirse en el futuro, sin duda alguna.BBz7Rzg.img

Doctores y otro personal médico

Los robots ya están siendo empleados en la medicina de hoy en día y van a responder a la demanda crítica de servicios médicos por la creciente población mundial.

Varias organizaciones médicas ya están introduciendo sistemas computarizados para la detección y tratamiento del cáncer. Los diagnósticos y cirugía son ámbitos apropiados para el uso de robots.

Contables

Calcular cifras, manejar hojas de balance, cuentas a pagar y recibir, evaluar pérdidas y ganancias y mantener el inventario son tareas donde los robots pueden ser más competentes que los humanos. Por lo tanto hay que esperar un significativo crecimiento en la contabilidad robótica en los próximos años.

El trabajo de analistas financieros también corre riesgos, dado que el análisis de la inteligencia artificial es capaz de detectar una tendencia de forma más rápida y precisa.

Escritores de informes

Los novelistas, tal vez, van a mantener el trabajo pero los escritores de informes y los escritores financieros probablemente estén en riesgo de irse al paro. Las máquinas están siendo enseñadas y son cada vez más competentes en la creación del contenido legible.

Vendedores

A medida que más personas se fijan en el comercio electrónico y la búsqueda basada en precio, especificaciones y disponibilidad de cada artículo que quieren comprar, la figura del vendedor va siendo eliminada de la ecuación.

 

Riesgos de la inteligencia artificial

Nick Bostrom, en su reciente libro Superinteligencia, plantea interesantes e inquietantes cuestiones. Desde el análisis calmado de la previsible llegada de la llamada Singularidad (V. Vinge, R. Kurzweil) y las posibles vías de cómo se alcanzará esa explosión de inteligencia hasta el tratamiento riguroso de escenarios para poder controlar dicha explosión, tan inevitable como posible. Está hablando de una superinteligencia artificial. En su última página hace un llamamiento al sentido colectivo común para que las mentes mejor preparadas se pongan en pie para establecer buenas prácticas, ahondar en las implicaciones sociales, económicas y existenciales que provocará esta singularidad, y definir mecanismos de control que garanticen la seguridad futura.

El reclamo no es trivial. De hecho, Elon Musk, tras su lectura, no pudo menos que enviar un mensaje a través de Twitter alertando sobre la necesidad de ser «supercautelosos» con la Inteligencia Artificial que, compara, es potencialmente más peligrosa que las armas nucleares.

Afortunadamente, se han producido hechos recientes que parecen responder la llamada de Bostrom, al menos en el mundo occidental. Fue en octubre de 2016 cuando la Administración Obama emitió el National Artificial Intelligence Research and Development Strategic Plan recomendando la identificación de oportunidades, la coordinación de las iniciativas en investigación y el análisis de la fuerza laboral existente en el campo de la IA para implementar medidas que refuercen el conocimiento y la especialización en el país.

Tres meses más tarde se desarrolló una cumbre de investigadores en Inteligencia Artificial junto a destacados especialistas en economía, derecho, ética y filosofía en Asilomar (California). Organizado por el Instituto Future of Life, emitieron un comunicado que se ha dado en llamar Los Principios de Inteligencia Artificial de Asilomar. Establece pautas para la investigación y resalta aspectos éticos relacionados con la seguridad, responsabilidad, privacidad, libertad o prosperidad compartida, así como alusiones a riesgos derivados de la carrera armamentística y otros tipos de catástrofes derivadas de un mal uso de la IA. Robot-Counsellor-900x540

En febrero de este año se aprobó en el Parlamento Europeo un informe consistente en un conjunto de propuestas relacionadas con la fijación de responsabilidades junto a una alerta sobre las consecuencias para el empleo en Europa debido al uso de la IA. A la vez, propone un código de conducta en la investigación que garantice que la IA cumpla una serie de estándares legales y éticos, respetando la dignidad de las personas. También propone la creación de una Agencia Europea de Robótica e Inteligencia Artificial, similar a la ya creada en EEUU. El año próximo habrá de ser votada esta iniciativa en la Comisión Europea. Finalmente, el mes pasado y ya en nuestro país, se organizó en Barcelona el evento Inteligencia Artificial: Sueños, riesgos y realidad, con presencia de expertos de todo el mundo. El resultado es un manifiesto que pretende sensibilizar a la sociedad de los riesgos y beneficios que supone. Igualmente, propone una serie de principios de transparencia, prudencia, etcétera.

No deja de ser significativo que en el transcurso de muy pocos meses se hayan movilizado iniciativas tanto en EEUU como en Europa para alertar, analizar y emitir recomendaciones alineadas con las tesis de Bostrom. Se trata de una gran noticia y es de esperar que la respuesta sea esa coordinación necesaria -como compleja- entre estados. Tenemos noticias constantes acerca de inversiones importantes en el campo de la IA, procedentes de empresas las tecnológicas que se han adherido a alguna de las iniciativas anteriores. Pero tampoco era de extrañar ya que algunas de ellas financian precisamente dichas iniciativas.

Menos sabemos de las inversiones realizadas por las agencias de Defensa de los distintos países.

Y existen, ya que la IA confiere considerables ventajas en materia de defensa y ataque militar frente a las estrategias y el armamento convencional. La Agencia de Proyectos Avanzados en Defensa americana (DARPA) está licitando y adjudicando importantes contratos para desarrollos en armamento sofisticado, algunos de ellos dotados de IA con capacidad para matar de forma autónoma (es decir, el algoritmo decide). En el otro lado del mundo, el Ejército Popular de Liberación chino está mejorando la precisión en combate en el espacio y en el ciberespacio, aspecto este último en el que Rusia también destaca. Sin duda, el uso de la IA en estos países será bien diferente, dada las culturas tan divergentes que exhiben.

Riesgos de la Inteligencia Artificial . Diario de Sevilla

Robots sustituyen a trabajadores de bajos salarios

El número de robots industriales ha aumentado en todo el mundo desarrollado. En 2013, por ejemplo, se calculaba que había alrededor de 1,2 millones de robots en uso. Esta cantidad ascendió hasta casi 1,5 millones en 2014 y se prevé que llegue a 1,9 millones en 2017.

Japón tiene la cifra más alta, con 306.700, seguido de Norteamérica (237.400), China (182.300), Corea del Sur (175.600) y Alemania (175.200). En total, se espera que el sector de la robótica crezca de los 15.000 millones de dólares actuales hasta los 67.000 millones en 2025.5 Un estudio de RBC Global Asset Management muestra que se han reducido sustancialmente los costes en robótica y automatización.

En el pasado, «los altos costes de la robótica industrial restringían su uso a unos pocos sectores de salarios altos, como el automovilístico. Sin embargo, en los últimos años, los costes medios de los robots se han abaratado y en muchas industrias estratégicas de Asia empiezan a converger el coste de los robots y los costes unitarios de una mano de obra con bajos salarios…

Amazon ha organizado un «concurso de recogida de pedidos» para ver si los robots pueden «coger artículos de un estante y meterlos en un recipiente de manera autónoma». La compañía tiene alrededor de 50.000 personas trabajando en sus almacenes y quiere saber si los robots podrían desempeñar las tareas de seleccionar artículos y transportarlos a distintos puntos del almacén. Durante la competición, un robot de Berlín consiguió realizar satisfactoriamente diez de las doce actividades asignadas…

Para mover artículos en el almacén, la compañía ya utiliza 15.000 robots y se espera que adquiera más en el futuro.

En el sector de la restauración, las empresas están empleando la tecnología para sustituir al personal humano en tareas de entrega.

Así, algunos establecimientos usan tablets que permiten a los clientes hacer sus pedidos directamente a la cocina sin necesidad de un camarero. En otros pueden pagar directamente, eliminando la necesidad de personal de caja. Los hay que incluso indican al chef qué cantidad de un determinado ingrediente quieren en un plato, lo que ahorra costes.

Robots sociales

En el mundo contemporáneo hay muchos robots que realizan funciones complejas. Según una presentación sobre robots, «a principios del siglo xxi asistimos a la primera oleada de robots sociables. Eran mascotas pequeñas y encantadoras, como AIBO, Pleo y Paro. A medida que la robótica ha avanzado, gracias en gran parte al teléfono inteligente, ha nacido una nueva generación de robots sociales, con los humanoides Pepper y Jimmy y el casi humano Jibo  y Sophie, un software robótico de Geppetto Avatars. Robot-Counsellor-900x540

Un factor fundamental de las habilidades sociales de los robots es su capacidad para entender y responder correctamente al discurso humano y a sus contextos subyacentes y emocionales».

Estas máquinas están habilitadas para ser creativas. El antropólogo Eitan Wilf, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, nos dice que los robots sociables constituyen «un recurso cultural para negociar problemas de intencionalidad».

Describe un «robot humanoide que improvisa jazz con su marimba», capaz de interpretar un contexto musical y responder creativamente a las improvisaciones de los otros músicos. Sus creadores pueden ponerlo en una banda de jazz, e improvisará con el resto de los músicos sin desentonar. Si alguien estuviera escuchando la música no podría distinguir el intérprete humano del robot…

Fuente BBVA

El impuesto a los robots y la renta básica universal

Hemos visto como el fundador de Microsoft defiende que los robots deberían compensar fiscalmente los puestos de trabajo que reemplazan. Gates propone que esa recaudación se destine a los colectivos más vulnerables y a la creación de puestos de trabajo de carácter social.Robot-Counsellor-900x540

«Si usted adopta una máquina que es capaz de realizar las tareas que antes hacía un trabajador, y a través de la financiación y formación correctas poner a esa persona a hacer otras cosas, entonces usted irá un paso por delante. Pero ese empleado pagaba impuestos a los que no puede renunciar, porque ésa es precisamente una de las maneras de financiar esa formación«, señala el fundador de Microsoft.

¿Deben los robots pagar impuestos? ¿En concepto de qué, si no reciben a cambio servicios de salud, educación, pensiones…? Gravar fiscalmente el desarrollo tecnológico para frenar la destrucción de empleo, ¿será beneficioso o perjudicial para la sociedad a largo plazo? Este debate está ahora sobre la mesa, ante la rapidez con la que evoluciona el mundo digital.

El propio Parlamento Europeo estudia una propuesta, conocida como Informe sobre Personas Electrónicas, que pretende que las máquinas inteligentes paguen impuestos y coticen a la Seguridad Social. Esta idea, que cuenta tanto con apoyos incondicionales como con detractores, propone «la creación de un estatuto jurídico específico para los robots, para que al menos los que sean autónomos y más sofisticados tengan la condición de personas electrónicas, con derechos y obligaciones específicas».tema 5_Neuro-Management

Y hace aproximadamente un año, un grupo de 400 científicos, académicos y otros expertos, entre ellos Stephen Hawking y Elon Musk (fundador de PayPal y Tesla), firmaron una carta en la que reclamaban un desarrollo tecnológico «responsable», y proponían estudiar si la implantación de una renta universal (de algún tipo) podría contribuir a una transición menos dolorosa hacia la aclamada «era del conocimiento».

Otros son más críticos con la RBU, ya que para ellos supondrá más dependencia de los trabajadores, más ataduras de la sociedad de un poder benefactor que suministra unas cantidades a cambio de una estabilidad política, y una colonización cultural de los principales actores (instituciones con gran poder financiero y tecnológico) hacia la sociedad en su conjunto.

Algunos también consideran el triunfo sobre el liberalismo capitalista, otros sin embargo estiman que es al revés, al ver un sometimiento de las voluntades mucho mayor. El debate está en la calle. ¿Impuestos a los robots y a estas empresas, implica directamente renta básica universal?

Isaac Asimov en sus novelas no imaginó la 4º ley de la robótica: «pagar impuestos»

Software colaborativo

Características Software colaborativo

Los software colaborativos son sistemas de cómputo que permiten a usuarios trabajar en entornos comunes y de forma virtual, en los cuales comparten información y documentos entre si de manera ordenada y controlada. Así mismo permiten a empresas, personal de estas, y en general cualquier persona que tenga acceso estas herramientas, crear entornos de trabajo virtuales, en donde usuarios en diferentes lugares de locales o internacionales, puedan trabajar de manera conjunta a través de Internet.

Existen muchos beneficios entre los cuales se deben nombrar los que han sido de mayor relevancia a nivel general:

  • Ahorro en tiempo, ya que no tiene que desplazarse físicamente una persona hasta una oficina en un lugar específico.
  • Comunicación más estrecha entre los miembros del equipo de trabajo.
  • Mejor control de las actividades de cada miembro del equipo, ya que se tienen evidencias por escrito de las actividades reportes, comentarios, etcétera.
  • Los reportes que ha tenido cada una de las personas participantes, sin necesidad de desplazarse físicamente para reportar lo hecho.

Los software colaborativos son también llamados groupware, el término «groupware» (en español, conjunto de programas informáticos colaborativos) se refiere al uso de métodos y herramientas de software que permiten que los usuarios realicen trabajos colectivos a través de las redes. Por lo tanto groupware hace referencia a las diversas y variadas aplicaciones que contribuyen a una única y misma meta: permitir que usuarios separados geográficamente trabajen en equipo, como se había mencionado con anterioridad.

Las características mas importantes de los software colaborativos o groupware son:

  • Proveer de un ambiente de colaboración, en el que realmente se perciba que el trabajo en grupo se lleva a cabo.
  • Mantener la información en un solo sitio común para todos los miembros.
  • Interactuar con otros usuarios, de forma escrita, voz o vídeo.

Es importante clasificar estos los software colaborativos como de tiempo y espacio. En base al tiempo se clasifican en sincró-nicos y asincrónicos; y en base al espacio, pueden estar en el mismo lugar o en forma distribuida. Las aplicaciones típicas de los sincrónicos (los cuales soportan aplicaciones en tiempo real) son: pizarrones compartidos, tele-conferencias, chat y sistemas de toma de decisiones. Algunos ejemplos de aplicaciones típicas de los software colaborativos asincrónicos son: e-mail, newsgroups, calendarios y sistemas de escritura de colaboración.

Los software colaborativos se están volviendo más populares dentro de las empresas y grupos de trabajo de estudios y toma de decisiones, ya que resulta mejor instalar esta gran herramienta y comprar o implementar un sistema de colaboración, a diferencia que a estar transportando el personal de un lugar a otro.cooperacion

Los software colaborativos deben proporcionar tres funciones esenciales dentro de un grupo, llamadas las tres C’s:

• La Comunicación, es la función más importante, ya que es el medio en que la información es compartida.

• La Colaboración, utilizada para unir la cooperación y resolver problemas de negocios o alguna actividad empresarial, o a nivel de estudios. Proporciona la ventaja de resolver problemas de las reuniones físicas de trabajo entre varias personas: lugar y tiempo para la realización de la misma o la disponibilidad de información.

• La Coordinación, es la acción de asegurar que el equipo está trabajando eficientemente y en conjunto para alcanzar una meta. Esto incluye la distribución de tareas y revisión de su ejecución.
Existen diversas herramientas en los software colaborativos, que se pueden clasificar en:

-Herramientas de comunicación electrónica.
-Herramientas de conferencia.
-Herramientas de gestión colaborativa.
-Herramientas de gestión de proyectos.

Los robots nos harán mejores

La robótica está en proceso de ser tan ubicua como lo son ahora los ordenadores. Junto a la realidad virtual y aumentada, la inteligencia artificial y sus algoritmos, todas estas tecnologías serán pronto tan relevantes, en términos de negocio, pero también de influencia, como lo son ahora Internet y el móvil.

La robótica es en sí misma disruptiva: permite mejorar los trabajos repetitivos y hacerlos con menos errores, con mayor productividad y siempre a un menor coste. Los robots y los algoritmos no solo son la catapulta para la fabricación en masa y personalizada (la famosa Industria 4.0), sino la llave mágica a nuevas profesiones y sectores digitales dentro del consumo, la sanidad, la educación, los servicios y el transporte. Estamos ante una cuarta revolución, pues sobre todo esta nueva realidad proporciona una fuente de trabajo avanzado, un valor diferencial al país, con empleos de muy alta capacitación. Las mejores mentes juegan, programan y construyen ahora en Scratch o Lego MindStorms y sueñan con el Sumobot, y mañana tan solo pensarán en digital y en sus algoritmos y harán mucha robótica, y no necesariamente serán ingenieros industriales, sino biólogos, médicos, arquitectos, profesores y seguro que hasta hombres de ventas y periodistas…

Pues eso: entre los pasados días 2 y 4 de febrero tuvo lugar la segunda entrega de la Global Robot Expo, de potente impacto en los medios internacionales, de la cual fui relevante testigo, en especial en su sección de conferencias, pues tuve el honor de presentar y moderar.Robot-Counsellor-900x540

Allí sucedieron muchas cosas, pero sobre todo tuvimos mentes preclaras en torno a la mesa, entre otros, Arturo Baroncelli, premio Joseph Engelberger de robótica, que nos habló de transformación digital en la industria de la mano de los nuevos robots inteligentes; Jonathan Evans, presidente de la Global UTM Association y líder de la iniciativa mundial para la integración de los vehículos no pilotados en la gestión del tráfico aéreo, la próxima gran ola que hará a los drones volar libres y seguros por nuestros cielos; Bruno Siciliano, líder indiscutible y visionario del control europeo robótico por la Universidad de Nápoles; Rich Walker, autor de la mano robótica más versátil del mercado, asombrosa por su humanidad; Sethu Vijayakumar, comunicador incansable sobre la autonomía inteligente; Alberto Sanfeliu, gurú del emprendimiento europeo en robótica; Jens Kober, visionario de los algoritmos inteligentes (que aprenden), aplicados a la robótica y a la movilidad, que nos explicó de una manera profundamente didáctica qué se puede hacer y qué no; Lucas Krauel, oncólogo y pediatra que nos emocionó con la impresión 3D aplicada a la cirugía, y Clemens Muller, Shingo Shimoda, Juan C. Moreno y Yoshiyuki Sankai, que nos dieron una lección magistral de los nuevos exoesqueletos que revolucionarán las terapias, pues aprenden y nos asisten mientras recuperamos nuestros movimientos, a lo que próximamente dedicaremos un post propio…

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La economía colaborativa a examen

El Comité Económico y Social Europeo critica la Agenda elaborada por la Comisión para regular a este sector..

Economía colaborativa y plataformas digitales

El CESE destaca que la economía colaborativa engloba diferentes modalidades con aportaciones y retos específicos. Por ejemplo, «la economía del acceso» pone en el mercado propiedades infrautilizadas, creando mayor oferta para los consumidores y un uso más eficiente de los recursos, pero conlleva el riesgo de estimular la producción global a través del efecto rebote.

En la «economía bajo demanda» se atomiza la fuerza de trabajo creando más flexibilidad, pero aumentando el riesgo de precarización laboral. Y la gift economy, o economía «del regalo» en que se comparten bienes y servicios de manera altruista, permite el fortalecimiento de las comunidades, pero se mantiene a  menudo invisible a los ojos de las Administraciones.

Asimismo, señala que las plataformas digitales, en particular las que sostienen una actividad lucrativa, merecen toda la atención de la Comisión Europea, a fin de regular y armonizar su actividad y garantizar un level playing field, sobre la base de la transparencia, la información, el pleno acceso, la no discriminación y la explotación adecuada de datos. ganar-dinero-haciendo-clic-en-publicidad-online
En concreto, resulta imperativo redefinir el concepto de subordinación jurídica de cara a la dependencia económica de los trabajadores y garantizar los derechos laborales con independencia de los formatos que adopte la actividad.

Desde esta perspectiva, el valor de la confianza -desde la simetría informativa- ocupa un espacio central. También se deben reforzar los criterios de transparencia, honestidad y objetividad en la evaluación del producto o servicio, superando el mero uso automático de algoritmos.

El CESE recomienda  asimismo la creación de una agencia independiente de calificación europea de las plataformas digitales, con competencias armonizadas en todos los Estados miembros, que pueda evaluar su gobernanza en materia de competencia, empleo y fiscalidad.

Todo un reto.

El debate sobre la revolución digital en la Casa Blanca

Con este informe se asume el impacto de las políticas económicas respecto a las nuevas tecnologías y sus consecuencias en el mundo del trabajo…

La llegada de los robots y la aplicación de la inteligencia artificial a la automatización de tareas van a protagonizar una revolución sin precedentes en la economía mundial que costará millones de empleos en las próximas décadas, ampliará las desigualdades sociales y generará enormes capas de población parada y empobrecida, si los gobiernos no actúan interviniendo directamente en el mercado para remediarlo.

No se trata del argumento apocalíptico de una novela de ciencia ficción de Philip K. Dick, sino de las conclusiones de un informe publicado esta semana por la Casa Blanca sobre ‘Inteligencia Artificial, Automatización y Economía’, en el que la administración Obama traza una hoja de ruta para afrontar esta posible crisis, basada principalmente en el incremento del gasto público, algo que choca con las intenciones del gabinete entrante de Donald Trump de recortar la factura federal.1446713923_969704_1446720326_noticia_normal

Esta preocupación de EEUU por la futura revolución tecnológica viene de antes de las elecciones del 8-N. En octubre, salía del Despacho Oval el estudio ‘Preparándose para el Futuro de la Inteligencia Artificial’, en el que se recomendaba elaborar para finales de este año un análisis sobre los impactos que estos nuevos desarrollos tendrán sobre la sociedad. El documento resultante, de 50 páginas, ha sido redactado por la Oficina Ejecutiva del Presidente, contando con el apoyo de órganos como el Council of Economic Advisers, la Oficina de Política de Ciencia y Tecnología o los departamentos de presupuesto y de política interior.

El trabajo dibuja un horizonte preocupante para aquellas profesiones poco remuneradas o que, como conductores o cajeros -que se citan expresamente-, requieren de una baja cualificación, y que probablemente dejarán de ser tareas de humanos. Pero a diferencia de lo ocurrido en otras revoluciones industriales, los expertos ponen en duda que se vayan a generar otro tipo de ocupaciones en cantidad o ritmo suficientes como para asimilar la destrucción de empleo, por lo que alerta de que “millones de americanos” verán modificado su modo de vida.

Pese a estas perspectiva, el informe destaca que la inteligencia artificial reportará beneficios económicos como el aumento de la productividad en las empresas, gracias a la automatización de algunas tareas que requieren mucha mano de obra. El desarrollo de esta tecnología arrancó en 2010 y, desde entonces, estos avances han hecho la economía más eficiente. Así, la Casa Blanca cita un estudio de 2015 de George Graetz y Guy Michaels realizado en 17 países, que concluyó que los robots ayudaron a incrementar la riqueza de los países en un 0,4% entre 1993 y 2007. Y va a más. Otro reciente análisis de Paul Daugherty y Mark Purdy sobre 12 economías desarrolladas del mundo -incluida la de EEUU- sostiene que la inteligencia artificial brinda el potencial para doblar el crecimiento económico anual en estos países para 2035.

Las esperanzas puestas en estas nuevas herramientas son tales que en el World Economic Fórum se llegó a calificarlas como “cuarta revolución industrial”, mientras que el economista Andrew McAfee las comparó con la máquina de vapor. “Las tecnologías digitales están haciendo por el poder cerebral lo que el vapor hizo por la fuerza física”, dijo antes de reconocer que el futuro, en este caso, es más “incierto”.

Trabajo y cambio tecnológico a debate

Un estudio prevé que los cambios tecnológicos a los que se asisten en la actualidad generen mayores dificultades de inserción al mundo del trabajo de jóvenes no cualificados…

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La Universidad Católica (Montevideo-Urugay) elaboró para las jornadas del «Diálogo Social» cómo preparar al mundo laboral para que afronte el impacto de los acelerados cambios tecnológicos y económicos.

El estudio indicó que algunos aspectos más evidentes de esos cambios son el impacto de las tecnologías de la comunicación, la revolución de Internet, la generación permanente de aplicaciones para móviles que afectan empresas y el mercado laboral o la digitalización y robotización tanto industrial como de servicios. También se señaló a la irrupción de las energías renovables y del transporte eléctrico, la digitalización monetaria y financiera o la realidad virtual.

En ese escenario, el estudio de la Universidad Católica enumeró algunas de las consecuencias de la aceleración de la innovación en la realidad laboral. En primer lugar destacó a la creación permanente de nuevas formas de empleo, que requieren nuevos conocimientos y nuevas competencias laborales.

El estudio expresó en ese sentido que «un puesto de trabajo —si permanece— puede sufrir transformaciones importantes en costos lapsos de tiempo», ya que «el trabajador está sujeto a procesos de cambios y aprendizajes permanentes». Además, como otra consecuencia mencionó que «la destrucción constante y creciente de empleos asociados a competencias laborales y formas de empleo que perimen lleva a la desvinculación de importantes grupos de trabajadores».

Además, sostuvo que los empleos que requieren menores calificaciones y competencias pierden importancia relativa dificultando en forma creciente la inserción laboral de jóvenes de sectores sociales desfavorecidos que emerjan con menor capacitación.

La Católica expresó que en ese contexto se puede prever que los próximos años serán escenario de crecientes dificultades para la inserción laboral de jóvenes no calificados; la reconversión de trabajadores desvinculados de las empresas; que las empresas —tanto públicas como privadas— obtengan la fuerza de trabajo que necesitan y recreen relaciones laborales estables y reducir la importancia y frecuencia de los conflictos laborales.

Por ese motivo, manifestó que «esta realidad tiene que ser asumida —pero no exclusivamente— en el ámbito de las relaciones laborales. Los desafíos que afronta el mundo de la producción y de las empresas —sean públicas o privados, con fines de lucro o no— requieren importantes acuerdos entre los actores implicados (trabajadores, empresas y el Estado)».

La propuesta indicó entonces la necesidad de identificar líneas de acción que ayuden a preparar a los actores empresariales y laborales a enfrentar en forma conjunta los desafíos generados por la creciente innovación tecnológica y los cambios económicos sobre el empleo y las condiciones laborales.

Guerra comercial, tecnológica y de defensa entre China y Europa

La avalancha de capital chino en Europa, que en 2015 marcó un récord histórico con más de 31.000 millones de dólares (28.000 millones de euros), ha sido bienvenida en un periodo de crisis y de caída de la inversión. En España, la inversión superó el año pasado por primera vez la barrera de los 1.000 millones de dólares. Pero el capital chino empieza a levantar suspicacias por su creciente control de empresas europeas, el trasvase de tecnología y su entrada en sectores sensibles para la seguridad.

Algunos países europeos ya estudian fórmulas para poner coto a las inversiones del gigante asiático, dada la ausencia de un filtro comunitario. La Comisión Europea se limita a revisar el impacto sobre la competencia de las grandes fusiones empresariales. Pero a diferencia de EE UU, que somete a un control especial las inversiones extranjeras en infraestructuras, telecomunicaciones, tecnología o sanidad, la UE acepta sin cortapisas la entrada de capital en cualquier actividad.

A falta de un sistema de supervisión europeo como el estadounidense, las capitales de la UE empiezan a tomar medidas, lo que podría dañar la unidad el mercado interior europeo.chip

Alemania acaba de frenar dos importantes operaciones de inversión china (la venta del fabricante de microchips Aixtron por 670 millones de euros y la de la división de bombillas de Osram por 400 millones), para verificar las consecuencias de un posible trasvase de tecnología.

En París han saltado las alarmas incluso en un sector como la hostelería, sin implicaciones de seguridad, tras la participación accionarial china cada vez más elevada en Accor, uno de los mayores grupos hoteleros del mundo.

Y el gobierno británico de Theresa May ha aceptado a regañadientes la entrad de capital chino en la construcción de un reactor nuclear en suelo británico. Pero May ha advertido que adoptará una norma para reservarse el derecho de revisar y vetar cualquier inversión o fusión empresarial transfronteriza susceptible de poner en peligro la seguridad o los intereses de la economía británica.

Berlín también quiere arrogarse un derecho de veto similar al de Londres, equivalente a las acciones de oro que la mayoría de los gobiernos se reservaron en las compañías privatizadas en los años 80 y 90. Unos derechos de veto que se ejercieron, sobre todo en compañías de energía, telecos y tecnología, para garantizar que no serían desguazadas por ningún comprador.

Fuente Cinco Días

Tendencias de la investigación por Joi Ito director de MIT Media Lab

Como director del MIT Media Lab, Joi Ito anticipa algunas de las novedades tecnológicas que veremos en un futuro muy cercano y cambiarán nuestra vida cotidiana: ciudades eficientes y conectadas, casas en las que el mobiliario y los muros se mueven para adaptarse a nuestras necesidades, robots sociales que se relacionan con humanos o medicina a molecular capaz de modificar las neuronas del cerebro.

Ciudades inteligentes

«Tenemos un programa llamado City Science, en el que utilizamos piezas de Lego para crear modelos de ciudades. De esta manera, los usuarios pueden interactuar con ellos y jugar con el diseño. Y proyecta cosas como la evolución del tráfico y el paso de los peatones. De modo que crea una interfaz accesible a la gente»

Cuerpo humanocolab

«Cuanto más entendemos al cuerpo humano, nos damos cuenta de que es un sistema complejo que abarca cómo se trata a las personas en casa, cómo se sienten, la interacción de muchas cosas…»

«Estamos creando una forma de captar imágenes, para poder ver las moléculas, no solo las células, y poder entender cómo funciona de verdad una neurona…»

«Se está creando una tecnología llamada “optogenética”, que permite adherir material fotosensible a las neuronas. Hoy en día, cuando tomas una medicación para una enfermedad mental, afecta a todo el cerebro y provoca todo tipo de efectos secundarios. Se puede utilizar un rayo de luz y actuar solamente sobre las neuronas necesarias»

Agricultura

Agricultura hiper controlada: «Son entornos controlados en los que contrastamos todas las sustancias químicas, los nutrientes, la iluminación, y estamos aprendiendo mucho sobre las plantas. Por ejemplo, podemos hacer que el brócoli crezca cinco veces más rápido. Podemos ajustar el sabor, el valor dietético…»

Redes sociales y política…

«Hay muchas herramientas en desarrollo. Tenemos todos los datos de Twitter. Una de las investigaciones que llevamos a cabo consiste en analizar esos datos para comprender qué es un rumor y qué no lo es. Intentamos identificar los temas que más preocupan a la gente y se lo comunicamos a los periodistas, para mejorar el periodismo. Yo creo que en el futuro existirá lo que nosotros llamamos “La Esfera Pública”: los legisladores, los periodistas, los ciudadanos, los políticos…»

Extacto de entrevista a Joi Ito Director de MIT Media Lab

La ciudad inteligente: visión crítica

La música actual sobre este tema de las ciudades inteligentes suena de esta manera en todos los medios…

Se dice que las Smart Cities o ciudades inteligentes son aquellas ciudades que, utilizando como soporte las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC), consiguen convertir a las ciudades en espacios más sostenibles, innovadores y eficientes al servicio del ciudadano, mejorando su gestión, al menos teóricamente. Un modelo de gestión complejo que sabe aprovechar las ventajas de una sociedad hiperconectada, colaborativa  y en desarrollo tecnológico constante.cerebro y tecnologia

Aunque a simple vista parezca algo que solo pudiéramos ver en películas futuristas, las ciudades inteligentes son ya una realidad. Han dejado de ser proyectos piloto para pasar a ser algo tangible. Entre las ciudades más avanzadas en estos temas se encuentra Tokyo.

No obstante, la carrera está aún lejos de llegar a la meta, y todavía quedan muchas cuestiones que pulir para descubrir hasta qué punto seremos capaces de aprovecharlo en el Bien Común.

Si analizamos la situación actual,  más de la mitad de la población mundial habita en ciudades, que se han instaurado como centros de importante actividad económica y social. Según una previsión de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en el año 2050, el 70% de la población mundial vivirá en centros urbanos, lo que supondrá un serio problema, si no existe un equilibrio social-laboral  y de convivencia (sin violencia). ¿Esto lo garantiza por si solo la conectividad? Lo dudamos.

Además y reforzando lo anterior,  las ciudades son grandes centros de consumo de recursos siendo responsables del gasto del 75% de la energía mundial y generando el 80% de los gases responsables del efecto invernadero. Países como Estados Unidos, tiene al 80% de la población viviendo en núcleos urbanos. Y en España tampoco nos quedamos atrás, con cerca de un 70% de la población residiendo en áreas de más de 50.000 habitantes; siendo la tercera ciudad Europea en grado de urbanización.

Visión crítica del tema: Control y democracia

Después de unos años en los que la perspectiva dominante ha sido la tecnológica, han ido ganando protagonismo aquellos planteamientos que ponen el foco en el ciudadano como epicentro. Hablamos del paso de un ciudadano-consumidor, que se limitaba a usar la tecnología y convertirse en emisor de datos, a un ciudadano inteligente que hace un uso activo de todas las herramientas que tiene a su alcance. Y que protagoniza su condición de ciudadanía con una tecnología que le permite reapropiarse de la ciudad, de sus espacios públicos, de sus servicios.

En el origen de este debate se sitúa Dan Hill, experto en urbanismo, que afirmaba que «la ciudad inteligente es una idea equivocada presentada del modo equivocado a la gente equivocada». Según Hill, todo el debate alrededor de las smart cities aún no ha sido capaz de responder a algo tan sencillo como cuál será el impacto que la adopción de las tecnologías por parte de las ciudades tendrá en el día a día de las personas que viven en ellas.

Esta es una de las ideas que The Guardian recogía en un artículo en el que se exponían los peligros que las ciudades inteligentes podrían tener para el futuro de la democracia.

Sensores que permiten un control excesivo sobre la ciudadanía, políticos que toman decisiones amparándose en lo que dicen los datos y que por tanto rehuyen de su responsabilidad, o grandes firmas tecnológicas diseñando las mejores soluciones para las ciudades al margen de sus habitantes, entidades sociales y Gobiernos, serían algunos ejemplos.

Parece obvio que focalizar la visión de futuro de las ciudades alrededor de la eficiencia no es suficiente. Las respuestas a muchas de las demandas ciudadanas se pueden obtener a partir de la tecnología, pero no pueden ser sólo tecnológicas.

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