La robótica está en proceso de ser tan ubicua como lo son ahora los ordenadores. Junto a la realidad virtual y aumentada, la inteligencia artificial y sus algoritmos, todas estas tecnologías serán pronto tan relevantes, en términos de negocio, pero también de influencia, como lo son ahora Internet y el móvil.
La robótica es en sí misma disruptiva: permite mejorar los trabajos repetitivos y hacerlos con menos errores, con mayor productividad y siempre a un menor coste. Los robots y los algoritmos no solo son la catapulta para la fabricación en masa y personalizada (la famosa Industria 4.0), sino la llave mágica a nuevas profesiones y sectores digitales dentro del consumo, la sanidad, la educación, los servicios y el transporte. Estamos ante una cuarta revolución, pues sobre todo esta nueva realidad proporciona una fuente de trabajo avanzado, un valor diferencial al país, con empleos de muy alta capacitación. Las mejores mentes juegan, programan y construyen ahora en Scratch o Lego MindStorms y sueñan con el Sumobot, y mañana tan solo pensarán en digital y en sus algoritmos y harán mucha robótica, y no necesariamente serán ingenieros industriales, sino biólogos, médicos, arquitectos, profesores y seguro que hasta hombres de ventas y periodistas…
Pues eso: entre los pasados días 2 y 4 de febrero tuvo lugar la segunda entrega de la Global Robot Expo, de potente impacto en los medios internacionales, de la cual fui relevante testigo, en especial en su sección de conferencias, pues tuve el honor de presentar y moderar.
Allí sucedieron muchas cosas, pero sobre todo tuvimos mentes preclaras en torno a la mesa, entre otros, Arturo Baroncelli, premio Joseph Engelberger de robótica, que nos habló de transformación digital en la industria de la mano de los nuevos robots inteligentes; Jonathan Evans, presidente de la Global UTM Association y líder de la iniciativa mundial para la integración de los vehículos no pilotados en la gestión del tráfico aéreo, la próxima gran ola que hará a los drones volar libres y seguros por nuestros cielos; Bruno Siciliano, líder indiscutible y visionario del control europeo robótico por la Universidad de Nápoles; Rich Walker, autor de la mano robótica más versátil del mercado, asombrosa por su humanidad; Sethu Vijayakumar, comunicador incansable sobre la autonomía inteligente; Alberto Sanfeliu, gurú del emprendimiento europeo en robótica; Jens Kober, visionario de los algoritmos inteligentes (que aprenden), aplicados a la robótica y a la movilidad, que nos explicó de una manera profundamente didáctica qué se puede hacer y qué no; Lucas Krauel, oncólogo y pediatra que nos emocionó con la impresión 3D aplicada a la cirugía, y Clemens Muller, Shingo Shimoda, Juan C. Moreno y Yoshiyuki Sankai, que nos dieron una lección magistral de los nuevos exoesqueletos que revolucionarán las terapias, pues aprenden y nos asisten mientras recuperamos nuestros movimientos, a lo que próximamente dedicaremos un post propio…