«El mundo es un pañuelo», repite Bartolomé Luque, del Departamento de Matemática Aplicada y Estadística de la Universidad Politécnica de Madrid.
«La clave está en desentrañar el tamaño exacto de ese pañuelo», matiza el experto. Y claro, todo está en manos de los números.
La ponencia ‘Redes complejas: el mundo es un pañuelo’, con la que Luque continuó hace unos días el ciclo Matemáticas en Acción, desarrollado en el campus cántabro, tenía un experimento como base de su argumentación. «Un análisis con una población de más de 200 millones de personas desveló que tan solo hacían falta seis pasos intermedios para que dos personas que no se conocían de nada, conectaran. El experimento es real. Se entregó un sobre a una muestra de gente y se le dijo que tenía que llegar a otra persona. Pues tan solo hicieron falta seis pasos intermedios. El sobre paso solo por seis manos más antes de alcanzar al destinatario esperado», desvela el experto.
¿Qué aplicaciones podría tener esto? «Otro ejemplo claro lo tenemos con el modo en que funcionan las redes sociales. El mismo Facebook te ofrece posibilidades de ‘gente que quizá conozcas’. Y en los últimos años nos hemos dado cuenta de cómo funcionan estas redes de interrelación en Internet». La forma en que se propaga un virus virtual responde también a estas leyes matemáticas.
Fuente: Diario montañés