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Robots sustituyen a trabajadores de bajos salarios

El número de robots industriales ha aumentado en todo el mundo desarrollado. En 2013, por ejemplo, se calculaba que había alrededor de 1,2 millones de robots en uso. Esta cantidad ascendió hasta casi 1,5 millones en 2014 y se prevé que llegue a 1,9 millones en 2017.

Japón tiene la cifra más alta, con 306.700, seguido de Norteamérica (237.400), China (182.300), Corea del Sur (175.600) y Alemania (175.200). En total, se espera que el sector de la robótica crezca de los 15.000 millones de dólares actuales hasta los 67.000 millones en 2025.5 Un estudio de RBC Global Asset Management muestra que se han reducido sustancialmente los costes en robótica y automatización.

En el pasado, «los altos costes de la robótica industrial restringían su uso a unos pocos sectores de salarios altos, como el automovilístico. Sin embargo, en los últimos años, los costes medios de los robots se han abaratado y en muchas industrias estratégicas de Asia empiezan a converger el coste de los robots y los costes unitarios de una mano de obra con bajos salarios…

Amazon ha organizado un «concurso de recogida de pedidos» para ver si los robots pueden «coger artículos de un estante y meterlos en un recipiente de manera autónoma». La compañía tiene alrededor de 50.000 personas trabajando en sus almacenes y quiere saber si los robots podrían desempeñar las tareas de seleccionar artículos y transportarlos a distintos puntos del almacén. Durante la competición, un robot de Berlín consiguió realizar satisfactoriamente diez de las doce actividades asignadas…

Para mover artículos en el almacén, la compañía ya utiliza 15.000 robots y se espera que adquiera más en el futuro.

En el sector de la restauración, las empresas están empleando la tecnología para sustituir al personal humano en tareas de entrega.

Así, algunos establecimientos usan tablets que permiten a los clientes hacer sus pedidos directamente a la cocina sin necesidad de un camarero. En otros pueden pagar directamente, eliminando la necesidad de personal de caja. Los hay que incluso indican al chef qué cantidad de un determinado ingrediente quieren en un plato, lo que ahorra costes.

Robots sociales

En el mundo contemporáneo hay muchos robots que realizan funciones complejas. Según una presentación sobre robots, «a principios del siglo xxi asistimos a la primera oleada de robots sociables. Eran mascotas pequeñas y encantadoras, como AIBO, Pleo y Paro. A medida que la robótica ha avanzado, gracias en gran parte al teléfono inteligente, ha nacido una nueva generación de robots sociales, con los humanoides Pepper y Jimmy y el casi humano Jibo  y Sophie, un software robótico de Geppetto Avatars. Robot-Counsellor-900x540

Un factor fundamental de las habilidades sociales de los robots es su capacidad para entender y responder correctamente al discurso humano y a sus contextos subyacentes y emocionales».

Estas máquinas están habilitadas para ser creativas. El antropólogo Eitan Wilf, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, nos dice que los robots sociables constituyen «un recurso cultural para negociar problemas de intencionalidad».

Describe un «robot humanoide que improvisa jazz con su marimba», capaz de interpretar un contexto musical y responder creativamente a las improvisaciones de los otros músicos. Sus creadores pueden ponerlo en una banda de jazz, e improvisará con el resto de los músicos sin desentonar. Si alguien estuviera escuchando la música no podría distinguir el intérprete humano del robot…

Fuente BBVA

El impuesto a los robots y la renta básica universal

Hemos visto como el fundador de Microsoft defiende que los robots deberían compensar fiscalmente los puestos de trabajo que reemplazan. Gates propone que esa recaudación se destine a los colectivos más vulnerables y a la creación de puestos de trabajo de carácter social.Robot-Counsellor-900x540

«Si usted adopta una máquina que es capaz de realizar las tareas que antes hacía un trabajador, y a través de la financiación y formación correctas poner a esa persona a hacer otras cosas, entonces usted irá un paso por delante. Pero ese empleado pagaba impuestos a los que no puede renunciar, porque ésa es precisamente una de las maneras de financiar esa formación«, señala el fundador de Microsoft.

¿Deben los robots pagar impuestos? ¿En concepto de qué, si no reciben a cambio servicios de salud, educación, pensiones…? Gravar fiscalmente el desarrollo tecnológico para frenar la destrucción de empleo, ¿será beneficioso o perjudicial para la sociedad a largo plazo? Este debate está ahora sobre la mesa, ante la rapidez con la que evoluciona el mundo digital.

El propio Parlamento Europeo estudia una propuesta, conocida como Informe sobre Personas Electrónicas, que pretende que las máquinas inteligentes paguen impuestos y coticen a la Seguridad Social. Esta idea, que cuenta tanto con apoyos incondicionales como con detractores, propone «la creación de un estatuto jurídico específico para los robots, para que al menos los que sean autónomos y más sofisticados tengan la condición de personas electrónicas, con derechos y obligaciones específicas».tema 5_Neuro-Management

Y hace aproximadamente un año, un grupo de 400 científicos, académicos y otros expertos, entre ellos Stephen Hawking y Elon Musk (fundador de PayPal y Tesla), firmaron una carta en la que reclamaban un desarrollo tecnológico «responsable», y proponían estudiar si la implantación de una renta universal (de algún tipo) podría contribuir a una transición menos dolorosa hacia la aclamada «era del conocimiento».

Otros son más críticos con la RBU, ya que para ellos supondrá más dependencia de los trabajadores, más ataduras de la sociedad de un poder benefactor que suministra unas cantidades a cambio de una estabilidad política, y una colonización cultural de los principales actores (instituciones con gran poder financiero y tecnológico) hacia la sociedad en su conjunto.

Algunos también consideran el triunfo sobre el liberalismo capitalista, otros sin embargo estiman que es al revés, al ver un sometimiento de las voluntades mucho mayor. El debate está en la calle. ¿Impuestos a los robots y a estas empresas, implica directamente renta básica universal?

Isaac Asimov en sus novelas no imaginó la 4º ley de la robótica: «pagar impuestos»

Mil robots coordinados

“Formad una estrella de cinco puntas” es toda la información que un inmenso enjambre de pequeños robots recibe del informático. Al punto, comienzan a guiñarse unos a otros y al cabo de unos pocos segundos ya han formado una estrella casi perfecta. “Ahora, formad la letra k”, y así lo hacen, en referencia a la primera letra de kilobots, un neologismo que designa la magnitud de 1.024 robots, y que acaba de marcar un hito en inteligencia artificial colectiva. Esta ciencia se sirve de múltiples robots sencillos para realizar, con peculiares coreografías, tareas complejas.

 

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